
Autor de los puentes:
Arturo Piera Barberá, nacido el 20 de abril de 1887 en Valencia, y fallecido el 8 de octubre de 1962, fue una figura clave en la ingeniería de caminos y una eminencia en la cultura artística de su ciudad natal.
Como Ingeniero Jefe Director de Caminos del Ayuntamiento de Valencia, Piera Barberá dejó una huella imborrable en la arquitectura de la ciudad. Sus obras más destacadas son el Puente de Campanar, construido en 1937, el puente del Ángel Custodio, erigido en 1947, y su participación en el Puente de las Glorias Valencianas. También dirigió la sustitución de las barandillas metálicas del puente de San José en 1949.
Piera Barberá era un hombre de visión, y sus proyectos mostraban una capacidad de innovación y diseño excepcionales. No sólo trabajó en puentes, sino que también fue autor de proyectos en la provincia de Valencia, como la red de alcantarillado de Xátiva o la remodelación del canal de Bellús. Su atención al detalle y compromiso con la calidad le convirtieron en una referencia en el campo de la ingeniería civil.
Pero su legado va más allá de la ingeniería. Arturo Piera Barberá también mostró una gran pasión por las bellas artes. Fue vicepresidente de honor del Círculo de Bellas Artes y vocal perpetuo de la Sociedad filarmónica. Estuvo involucrado en la Junta de Gobierno de la Sociedad Filarmónica de Valencia, primero como contador de 1928 a 1931, y luego como vocal de 1941 a 1945.
Este amor por el arte no fue meramente pasivo; cedió al Ayuntamiento de Valencia una colección de cuadros de pintores famosos, lo que refleja su deseo de compartir su aprecio por la cultura con la comunidad. Esta generosidad también se evidencia en su donación de la valiosa colección artística que poseía al Ayuntamiento de Valencia tras su muerte, una contribución que fue reconocida con la dedicación de una plaza en su honor el 1 de octubre de 1969.
La vida y obra de Piera Barberá es una fusión única de ciencia y arte, ingeniería y cultura. Sus contribuciones a la ciudad y la provincia de Valencia son evidencia de una mente prodigiosa y un espíritu generoso. Desde los sólidos puentes y la infraestructura que diseñó, hasta las delicadas pinceladas en los cuadros que amaba, su legado es una combinación armoniosa de lo práctico y lo bello.
Arturo Piera Barberá no es solo un ejemplo de excelencia en su campo profesional, sino también un modelo de ciudadano apasionado por su comunidad y cultura. Su legado perdura como un puente entre dos mundos, una conexión entre la funcionalidad y la belleza que aún resuena en las calles y plazas de Valencia.
